sábado, 27 de diciembre de 2008

La tempestad

Hoy ninguna imagen acompaña a estas palabras. El propio peso de las mismas hace imposible buscar algo que dibuje su fondo. Tal vez incluso no debiera escribir esta entrada. Pero no se me ocurre nada mejor para conjurar la estúpida tempestad en la que se convierte a veces la vida. Cuando las cosas se tuercen y una se aferra a aquella frase o idea lapidaria de que somos dueños de nuestro propio destino. Se acaba pensando que ésta es la frase esperanza que se suelta para tratar de aliviar el sentimiento de impotencia de quien sabe, y se sabe, presa del viento y como hoja que ya no pertenece a nada vivo. Creo torpemente controlar ciertos aspectos de mi vida y de sopetón alguien te da "un aviso a navegantes" que te obliga a reordenarlo todo, porque en el peor de los casos, tal vez ni haya vida donde encajar tanto proyecto y tanta tontería. Y alrededor se brinda por la suerte, por la salud, por la felicidad y miles de luces no consiguen rescatar un átomo de ilusión porque ciertos momentos sean distintos y cambie la fortuna y de nuevo luzca el sol. Y si las cosas podian ir mal, mañana salieron peor y en la radio suena Julieta Venegas y su canción dice que "... el presente es lo único que tenemos..." y no hay mejor banda sonora para después de un funeral ni para la peor racha de mi vida. Ya no se si es este año, dicen que los bisiestos son malos, si es mi carta astral, si soy yo o es que todo cuando dice de salir mal, pues eso, sale mal y ahí lo llevas.

domingo, 21 de diciembre de 2008

Libro de biblioteca personal

Ultimamente reconozco que no soy una gran lectora, mi tiempo y mis circunstancias han chocado como el Titanic lo hizo sobre aquel iceberg y el resultado si no tan dramático socialmente, debo confesar que a mi me ha hundido algunos proyectos. Como la botella siempre debe estar medio llena, ya veré como reflotarlos. Esta mañana en la radio autonómica andaluza se ha emitido una entrevista a Jaime Rodríguez Sacristán, el autor de un libro denominado "Elogio de la ternura". El título ya de por sí es sugerente, pero la sensibilidad del autor y su saber científico (psiquiatra) revela este aspecto tan humano como animal, que reprimimos de forma tan habitual como torpemente. Decía que quien más ternura necesita es quien menos aparenta necesitarla. La ternura tiene infinidad de formas de expresión, y cualquiera puede reconocerla. Es un instinto que la personalidad y la edad pueden inhibir pero que es muy necesario rescatar. Creo que puede ser una lectura interesante, un buen regalo para una misma, creo que me lo voy a regalar...

PD: En el mismo programa después sonaba de fondo una canción de mi querido Drexler cuyo estribillo decía algo parecido a... "cómo he podido yo vivir sin tí", cuando mi conexión me lo permita la dejaré por su rinconcito por si apetece escucharla.

jueves, 18 de diciembre de 2008

R.I.P.


Para colmo de males mi CPU ha descansado para siempre. Lloro y lloro y sigo llorando. Roto en el bolsillo, presupuesto navideño a tomar por.... (en fin... por donde más duele) y nada... en periodo de duelo me hallo. En cualquier caso... a rey muerto... rey puesto... dice el refrán... pero no me consuela a mi esto... es más... diría que me cada día me duele más... vivo sin vivir en mi, y tal es mi desconsuelo que muero porque no muero... decía Santa Teresa... ¡pobre!... y al final se murió...

lunes, 8 de diciembre de 2008

Ficción II

... Muchas veces mi labor profesional era de paisano colaborando estrechamente con los subinspectores a los que auxiliaba en tareas de documentación, acompañamiento o traslado de detenidos, protección de víctimas. Por desgracia, también, muchas veces relacionados con la violencia doméstica, y otras menos, surgían interrogatorios menores o averiguaciones genéricas, sobre los asuntos que me encomendaban. Durante ese tiempo me había convertido en una experta en consultas de las bases de datos internas de la policía nacional o incluso de la Interpool.

A los tres meses de estar en mi nueva comisaría surgió un caso que en principio no me pareció nada particular, pero que sin lugar a dudas, con el transcurrir de los hechos después se convirtió en el punto de inflexión que marcaría un antes y un después en mi vida.

En un domicilio de las Rozas, en Madrid, había aparecido el cadáver de un hombre de mediana edad en el garaje de su domicilio. Hacia allí se trasladó la unidad de homicidios en la que trabajaba. Roberto, el subinspector, al cual auxiliaba en el lugar de los hechos, se fue dedicando a recoger todos los datos de la escena del crimen. Me encargó hablar con los vecinos de la víctima para tratar de recomponer la imagen social de la misma. ...

domingo, 7 de diciembre de 2008

Madagascar 2


Bueno, la cara de Alex lo dice todo, pero hay muchos más motivos para ver esta película:

1. Si tu sobrina te arrastra literalmente al cine,

2. Si te encanta hacer chinchar a tu sobrina disimulando que tú tienes más ganas de verla que ella,

3. Si te apetece por un cartucho de palomitas (¿dulces?... bueeeno... ¡¡¡caray!!!! ¡ diría que están buenisimas!),

4. Si te gusta oir las carcajadas de otros niños en la sala (dicen que la felicidad se contagia),

5. Si quieres descubrir que todavía vive en tí esa niña que un dia fuiste, porque te ries con ellos de las tonterías que salen en la pantalla,

6. Si te gusta la canción "I like to move it", o su traducción al castellano "Yo quiero marcha, marcha",

7. Si te intriga el plan de los pingüinos mafiosillos (Skipper, Kowalsky, Rico y Private),

8. Si crees que puede ser interesante ver como Melman se enamora de Gloria, sabiendo que Melman es una jirafa y Gloria una pícara hipopótama y que Moto Moto es un engreido que sólo se ama a sí mismo,

9. Si sabes que es importante que los niños crezcan con valores como la amistad y el cariño sincero ya seas jirafa, león, cebra, hipopótamo o avestruz,

10. Si simplemente quieres pasar un buen rato.


PD: Si alguien quiere ir estrenando zapatos de baile, precalentamiento en sección música.


sábado, 6 de diciembre de 2008

Matices de la realidad


En la entrada anterior hablaba sobre un aspecto del aprendizaje que como todo en la vida tiene sus matices. Hablaba de cómo podemos vincular el aprendizaje con las emociones, para grabar con un plus en nuestra memoria aquello que hemos aprendido. En realidad, tras hablar de esta cuestión con un compañero de trabajo, psicólogo, me comenta que las emociones en el aprendizaje sirven más para rescatar el recuerdo que para grabarlo. Dicho de otro modo, recordamos mejor aquello que nos produjo una emoción. Ahora bien, no necesariamente necesitamos las emociones para aprender. Hay aprendizajes absolutamente mecánicos, como por ejemplo aprenderse la tabla de multiplicar por ejemplo del 2 o del 3. Para este tipo de aprendizaje, repetitivo, metodológico, memorístico, es la ciencia de la pedagogía quien elabora herramientas de aprendizaje que faciliten la interiorización y acomodación de conceptos, por ejemplo, los mapas conceptuales, los esquemas, la imagen, la repetición, la práctica, etc. Sin embargo, para ayudarnos a recordar aquello que es o será útil, en definitiva, para saber cómo aprendemos, la ciencia de la psicología juega un papel trascendente en la educación. Desde este modestito rincón reivindico un mayor aprovechamiento de estos profesionales en la actividad docente y formativa, porque es nuestro alumnado el principal benefactor de las políticas que ejecutamos y gestionamos y a quien debemos de dirigir todo nuestro esfuerzo.
Lo cierto es que estas últimas lecciones que me ha dado la vida, me recuerdan que todo lo que gira a nuestro alrededor puede ser interpretado y comprendido o simplemente... ignorado.

jueves, 4 de diciembre de 2008

Realidad

¡Ah... lo que es la vida!... ¡Tiene ingredientes de todos los gustos!... Hay ingredientes dulces, coloridos, unos fuertes y otros suaves, ... otros son salados pero agradables, ... aceite para condimentar con la suavidad del sabor ... y el inevitable vinagre, que por muy de Módena que sea, es vinagre y por lo tanto, agrio e indeseado, por escaso que sea. Y todo esto me sirve para decir que en los múltiples detalles o ingredientes de la vida, nuestras papilas gustativas tienen que estar atentas a cada momento, porque hay sutilidades tan sutiles, tan sublimes e importantes, que si una anda con la cabeza en tal o cual vinagre, corre el riesgo de perderse el detalle de saborear lo verdaderamente exquisito.
Por no marear más la perdíz e ir al grano, hoy en mi trabajo tuve la ocasión de poder escuchar a un profesional de su trabajo, a un amante convencido de amar lo que hace, a una persona sincera con el rigor de sus métodos y la formación suficiente para motivar, escuchar y convencer. Yo, que en esto de la formación soy una novata, aprendo mucho escuchando a quien ya lleva muchos tiros en esta batalla.
Me resulta tremendamente interesante conocer el porqué de las cosas. Hoy escuchándole he comprendido lo importante de las emociones en el aprendizaje. Según él, la información para ser aprendida debe transformarse necesariamente en emociones, porque éstas son los archivadores perfectos para ordenar lo vivido. Prometía tiempo para reir y sufrir en la conquista de una habilidad profesional y personal que es el aprendizaje autónomo, porque esas extremas emociones almacenarán correctamente lo aprendido. En cambio, sobre esos dias que pasan "sin pena ni gloria" hacía un claro menosprecio, porque no servirían para aprender aquello que se necesitará en el futuro. Decía que estos días nunca guardarán nada en el cuerpo de conocimientos de nadie y que nunca nos harán recordar y por lo tanto, serán días desperdiciados. Recordar es una palabra latina que significa "volver a pasar por el corazón", y eso són los recuerdos, cosas que pasaron que traemos al presente para hacernos sentir una emoción, ya vivida, nuevamente.
Por todo lo anterior, señala que es importante que nuestros días tengan emociones, porque los recuerdos siempre las buscan y sirven para ordenar cada cosa en su lugar y saber qué nuevas cosas aprender, porque su recuerdo, al final, será útil y constructivo. El proceso psicológico del aprendicaje necesita del recurso didáctico de la emoción.
Bueno, este dia me tenía guardada esta lección. Espero poder aprenderla. Alguien me regaló una idea y casi inadvertidamente me sugirió no dejar empatizar con el mundo. Abstenganse recelosos y cobardes del valor de aprender, concluía parafraseando a su instructor.
Saludos. Felices emociones y en su defecto... que al menos sean intensas.