Y qué se puede decir de este señor de la música. Este es uno de sus clásicos. Esta es una de esas joyas que siempre hay que tener a mano. Hay muchas versiones, cada una con sus arreglos musicales. Esta es una versión antigua. y se nota en los acordes musicales. Sin embargo su letra cautiva y evoca a partes iguales. Siempre he creido que muchas canciones son como las mejores poesias. La sonoridad del lenguaje, el mensaje que late en cada estrofa, son la métrica que las convierte en poesía para los oidos.
Buen fin de semana. Espero que les haya gustado.
En otro orden de cosas, durante un tiempo, estaré contando una historia "Por vivir" en otro lugar (Pondré el enlace en breve).
Recuérdame cuando duermes y adivino lo que sueñas cuando lejos de nuestra cama es a mí en quien piensas. Recuérdame. Recuérdame cuando parta y no regrese a nuestra casa cuando el frío y la tristeza se funden y te abrazan. Recuérdame. Recuérdame cuando mires a los ojos del pasado cuando ya no amanezca en tus brazos Y que seas invisible para mí, para mí. Recuérdame amándote mirándote a los ojos atándome a tu vida recuérdame amándote esperándote tranquila sin rencores sin medida recuérdame, recuérdame que mi alma fue tatuada en tu piel. Recuérdame cuando sientas que tu alma está inquieta. Si el deseo y tu amor no me calientan. Recuérdame Recuérdame ...
Qué extraño esto de recordar. ¡Cuánto se daría porque el pensamiento ajeno no nos apartara! Pero el tiempo que todo lo trae y todo lo lleva, juega con lo que no tuvo peso, con lo que no hizo raices, y como hojas secas, remueve lo que yace, queriéndolo elevar para que su presencia no repose en el suelo del olvido. Canciones como esta son el viento y el tiempo.
El ser humano tiene la innata capacidad de equivocarse a cada paso que da. Dicen que equivocarse no es malo, que lo malo realmente es no ser capaz de aprender de los errores. Pues bien, después de equivocarnos, y poner a funcionar eso que hay sobre los hombros, aprendemos. Racionalizamos el error, extraemos conclusiones y diseñamos nuevas estrategias para problemas similares en el futuro. Hasta aquí todo perfecto. Punto pelota. Este es el aprendizaje a través de experiencias vitales que proporciona esa sabiduría que a los más mayores les resulta tan absolutamente valiosa y que ningún o ninguna joven puede aprender en ningún libro, porque este saber no se transmite en ningún código escrito ni oralmente. Pero en todo este galimatías de los errores y la sabiduría que transmiten hay algo que no se ha tenido en cuenta de forma tan analítica. Sospecho que es la manía de relegar las emociones al cuarto oscuro del aprendizaje. ¿Qué pasa cuando fruto de nuestro error hacemos daño a alguien? Mucho raciocinio, mucho aprendizaje, más sabiduría y tal y tal... pero... ¿Cómo hacemos para eliminar o suprimir el daño causado?... Sencillo... no se puede... la persona a la que causamos dolor ya lo ha sufrido en carnes propias y andará calmándolo como bien pueda. Lo más inmediato ahora, la cura de urgencia es pedir perdón, con las dificultades que el ser humano también innatamente tiene para hacerlo. Pero, ¿será suficiente como calmante ese perdón mañana? La respuesta es si. Sí cuando el perdón va inoculado de una cierta dosis de "confianza" en el raciocinio ajeno, en la emoción ajena, en el sentir sincero de esa petición de disculpas. Y esta es la grandeza del ser humano, la de pedir disculpas, teniendo el valor de asumir los errores propios y la de ofrecer el perdón, teniendo el valor de generosamente seguir ofreciendo más confianza.
Es sábado, y ayer un eterno viaje me hizo divagar sobre esto, de andén en andén, por culpa de esta canción y el recuerdo de alguien que ha sufrido lo suyo y es tan grande que sigue ofreciendo confianza aunque tenga que sacarla del desierto. Va por ti joya. Imagino que ya sabes que lo conseguirás.
Lo siento es todo lo que no puedes decir.
Los años pasaron y aún las palabras no vienen fácilmente...
Como lo siento, como lo siento...
Perdóname es todo lo que no puedes decir...
Pero tu puedes decir
"Nena ¿puedo abrazarte esta noche?"
Tal vez si te dijera las palabras correctas
en el momento oportuno...
“ Cualquiera puede enfadarse, eso es algo muy sencillo. Pero enfadarse con la persona adecuada en el grado exacto, en el momento oportuno, con el propósito justo y del modo correcto, esto, ciertmente no resulta tan sencillo” (Aristóteles, Siglo VI A.C. Etica a Nicómaco)
Los antiguos griegos consideraban que los seres humanos poseían dos mentes. Percibían una dicotomía entre la cabeza y el corazón, la mente y el alma, pero no consideraban que una fuese superior a la otra...La ciencia moderna tiende a apoyar la idea de que la razón y las emociones son aliadas y no antagonistas. El viejo prejuicio es que nuestras emociones son irracionales e interrumpen o perturban nuestra vida.