Dicen que nuestra atención es selectiva pues tiende a ver de la realidad aquellos estímulos que poseen algún tipo de resonancia emotiva para quien los observa. Ahora parece ser que la ciencia está evidenciando científicamente el poder curativo de la música, porque cuando oíamos lo de que "la música hace vibrar de emoción", se apuntaba realmente al corazón como el lugar donde se producían estas vibraciones. Pues bien, parece ser que son ciertas partes del cerebro las que se iluminan en el escaner, como estrellas en la noche, cuando una melodía activa la red de recuerdos con las que nuestra memoria la asocia. Es en nuestra cabeza donde sucede ese espectáculo de fuegos artificiales.
Y todo esto tan poco poético, es lo que sucede en el cerebro de la persona que escucha cualquier melodía, que por cierto, no son tristes porque sean lentas, sino porque así lo son nuestros recuerdos evocados.
Ciao. Feliz semana.
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