lunes, 8 de diciembre de 2008

Ficción II

... Muchas veces mi labor profesional era de paisano colaborando estrechamente con los subinspectores a los que auxiliaba en tareas de documentación, acompañamiento o traslado de detenidos, protección de víctimas. Por desgracia, también, muchas veces relacionados con la violencia doméstica, y otras menos, surgían interrogatorios menores o averiguaciones genéricas, sobre los asuntos que me encomendaban. Durante ese tiempo me había convertido en una experta en consultas de las bases de datos internas de la policía nacional o incluso de la Interpool.

A los tres meses de estar en mi nueva comisaría surgió un caso que en principio no me pareció nada particular, pero que sin lugar a dudas, con el transcurrir de los hechos después se convirtió en el punto de inflexión que marcaría un antes y un después en mi vida.

En un domicilio de las Rozas, en Madrid, había aparecido el cadáver de un hombre de mediana edad en el garaje de su domicilio. Hacia allí se trasladó la unidad de homicidios en la que trabajaba. Roberto, el subinspector, al cual auxiliaba en el lugar de los hechos, se fue dedicando a recoger todos los datos de la escena del crimen. Me encargó hablar con los vecinos de la víctima para tratar de recomponer la imagen social de la misma. ...

1 comentario:

Anónimo dijo...

BUENAS NOCHES!
TENGO CERCA DE MI LAS MONTAÑAS NEVADAS,LA VERDAD UN PAISAJE PRECIOSO...FRIO COMO SABES BASTANTE!
YA VI LA PELICULA...GENIAL
LOS ZAPATOS PREPARADOS!JAJAJA
Y COMO NO... DECIRTE QUE SOY FAN TUYA,QUE ME ENCANTA COMO ESCRIBES...QUE NO ME CANSO DE HACERLO.
UN BESO DE LOS NUESTROS!SONRIE ESO SIEMPRE...