domingo, 26 de septiembre de 2010

Ficción III. Por Vivir

           


Muchas noches despertaba durante la noche atormentada por un sueño. A pesar de que despierta ya me había rendido a su olvido, cuando dormía, volvía a aparecer el amor que sentía por ella, en forma de su propia imagen, paseando por una playa desierta, en un desapacible día. Nada tenía color en aquellos primeros momentos. El mar embravecido, con sus olas oscuras, se aproximaba a su orilla y ella caminaba hacia él. Mi corazón latía más y más acelerado cuando más se aproximaba al mar, pero mis pies estaban clavados en la arena y mis brazos no alcanzaban a tocarla. Mi voz no se oía, como tampoco el mar. Sus pies, ya sumergidos, se detenían y entonces yo, convertida en pájaro, volaba hacia ella y estando frente a su rostro, como un colibrí suspendido frente a él, veía cerrados sus ojos. Yo había dado la espalda al mar y la próxima ola intuía que nos abatiría a ambas. Presentía lo inevitable y mientras el mar ya espumaba mis alas, ella abría los ojos pero seguía sin verme. Sus ojos brillantes tomaban color y volvían a su ligero color miel, el cielo volvía a su azul cobalto, la oía respirar y entonces, se giraba para alejarse de allí. Tras su espalda todo volvía a ser gris. El mar negro había mojado mis alas y me llevaba tras él. Ya no podía seguirla. En ningún momento me vio y yo, sabiéndola a salvo, dejaba de luchar, viendo casi sumergida como abandonaba aquella playa. Lo último de aquel sueño era mi despertar. Abría mis labios para respirar y con el corazón encogido y en un latir atropellado, recobraba la consciencia sintiendo oprimido el pecho y el sudor invadiendo cada poro de mi piel.



Cuando despertaba, cada mañana, de aquel sueño recurrente, recordaba lo lejos que me encontraba del mundo al que creía haber pertenecido. La rodilla me volvía a doler, a veces demasiado intensamente. No lloraba pero tenía que hacer grandes esfuerzos por evitarlo. Por momentos deseaba que me la cortaran y acabar con aquel calvario. Ya vería qué cortar en mi corazón para que también doliera menos.



Durante aquella mañana Sonia había entrado y salido de la habitación mil veces atendiendo el teléfono. Yo la miraba salir y entrar, y me aburría cuando me quedaba a solas. Estaba cansada, no tenía ni fuerzas ni ganas de nada. Las vistas de la ventana de mi habitación estaban lejos de mi cama y otra vez había empezado a llover. Cogí las muletas y decidí levantarme. Fui antes al baño a peinarme un poco y me puse la chaqueta del chándal. Aquella mañana hacía mucho frio. No llevaba ni cinco minutos absorta en la imagen de aquella ciudad bajo la lluvia cuando oí, tras de mí, abrirse la puerta.




- ¡Sonia! ¿Podrías preguntar si me dejarían salir un poco a la calle? Me estoy ahogando en esta habitación, y necesito un poco de esa lluvia en mi cara…-dije mirando aún por la ventana y apoyando mi mano en el cristal deseando tocar el agua que escurría tras el cristal. Al ver que no contestaba me giré y tan pronto la vi me olvidaba de la calle, de la lluvia, de Sonia y del mundo.



- Hola.



- …

sábado, 25 de septiembre de 2010

The Painted Veil- Love Theme

Hoy he visto esta película, pero esta canción de su banda sonora, pertenece a otra historia, que desearía ver en pantalla, porque, mientas era leida, miles de fotogramas brotaban de sus letras y todo se situaba como era contado. 

sábado, 18 de septiembre de 2010

Solveig´s song


Edvard Hagerup Grieg, es un compositor y pianista noruego clasificado en el Romanticismo. Escribió dos suites para una obra Peer Gynt. El cuarto movimiento de una de ellas es esto que escuchan. Peer Gynt, un joven campesino, después de una fallida cacería, acude a la boda de Ingrid de la que está enamorado para impedir el enlace. En la fiesta ve a Solveig y la saca a bailar, ambos se enamoran perdidamente, pero dado el carácter de Peer Gynt, recuerda que fue para impedir el enlace nupcial, abandona a Solveig y rapta a la recién casada Ingrid a la cual abandona poco después en la montaña. En la montaña seduce a la hija del Rey de la Montaña, la cual quiere casarse con él. Esto propicia un encuentro peligroso con los duendes y el Rey de la Montaña, del cual se libra por los pelos tras oir el tañer de una campana.

Hoy la radio me despertó con esta melodía. Hablaba un autor español (Domingo Villar) de su novela "La playa de los ahogados", del mar, de un marinero... que aparece ahogado, de una música (Solveig´s song). Antes escribió "Ojos de Agua", donde la música vuelve a aparecer en escena. Habla Domingo Villar de otro autor italiano Andrea Camilleri que escribió "La forma del agua". En una cálida noche siciliana, tras nadar un buen rato en las tranquilas aguas que se remansan a escasos metros de su casa a orillas del mar, Salvo Montalbano emerge de la oscuridad con las ideas más claras: la solución del caso le ronda las narices, así que sólo es cuestión de paciencia y método, para lo cual nada mejor que relajarse antes con algún manjar preparado por Adelina, su fiel asistenta.

Intento reanudar una historia, pienso, y necesito que el arbol de mi trama sea lo suficientemente robusto como que para las hojas que la adornen sean perennes y no caducas. Pero tengo tanto complejo ante tanto talento ajeno, que necesito perderme en la melodía que ha inspirado, a quienes sí que escriben en verdad, para dejar algún miedo atrás. Alguna vez ardieron ideas. Cierro los ojos y espero a que vengan. Pretendo demasiado pero porqué no. Quizás otra melodía consiga que quien las lea también cierre sus ojos y se deje llevar.

Recomendada también esta versión:
Lucia Popp: Solveig's Song from Grieg's Peer Gynt

sábado, 11 de septiembre de 2010

Todo lo hermoso está fuera de aquí

(FOTO: NATIONAL GEOGRAPHIC)

Durante las ultimas semanas, en un blog que solía visitar no ha habido entradas nuevas. La autora ha decidido sopesar la idea de mantenerse en silencio. He venido visitándolo casi a diario con la esperanza de que no fuera así, pero... todo parece indicar que tal vez su ausencia sea larga. Por mucho que he protestado enérgicamente contra ese silencio no ha habido respuesta. Todo esto me ha hecho pensar en que porqué extraño motivo iba yo a mantener abierto este blog, si uno tan extraordinario como aquel se termina cerrando. Yo apenas tengo nada que contar, y lo poco que cuento ni siguiera cuenta con talento para ser contado. Aún así, no puedo evitar tratar cada entrada como un mensaje en una botella y lanzar al vacío en tan frágil recipiente una idea, una ilusión, una curiosidad, una inquietud, una duda, un sentimiento, una emoción, una lágrima... o dos, o un pensamiento, pequeño o grande. La fuerza con que lanzo esta botella al mar es la ilusión con la que escribo lo que ocurre tras la piel que roza el mundo. Un corazón que late, unas manos torpes, una curiosidad viva y el infantil deseo de creer todavía que al mundo lo hace maravilloso el triunfo del talento, aunque lamente siempre no poder contribuir personalmente a ello.


VEO LOS ÁRBOLES VERDES,  ROSAS ROJAS TAMBIÉN

LAS VEO FLORECER PARA TÍ Y PARA MÍ

Y ME DIGO A MI MISMO QUÉ MUNDO TAN MARAVILLOSO...

... VEO AMIGOS DÁNDOSE LA MANO DICIENDO "QUÉ TAL ESTÁS"

EN REALIDAD ESTÁN DICIENDO "TE QUIERO"

OIGO A LOS BEBÉS LLORANDO,  LOS VEO CRECER

ELLOS APRENDERÁN MUCHO MÁS DE LO QUE YO NUNCA SABRÉ

Y ME DIGO A MI MISMO QUÉ MUNDO TAN MARAVILLOSO