jueves, 4 de diciembre de 2008

Realidad

¡Ah... lo que es la vida!... ¡Tiene ingredientes de todos los gustos!... Hay ingredientes dulces, coloridos, unos fuertes y otros suaves, ... otros son salados pero agradables, ... aceite para condimentar con la suavidad del sabor ... y el inevitable vinagre, que por muy de Módena que sea, es vinagre y por lo tanto, agrio e indeseado, por escaso que sea. Y todo esto me sirve para decir que en los múltiples detalles o ingredientes de la vida, nuestras papilas gustativas tienen que estar atentas a cada momento, porque hay sutilidades tan sutiles, tan sublimes e importantes, que si una anda con la cabeza en tal o cual vinagre, corre el riesgo de perderse el detalle de saborear lo verdaderamente exquisito.
Por no marear más la perdíz e ir al grano, hoy en mi trabajo tuve la ocasión de poder escuchar a un profesional de su trabajo, a un amante convencido de amar lo que hace, a una persona sincera con el rigor de sus métodos y la formación suficiente para motivar, escuchar y convencer. Yo, que en esto de la formación soy una novata, aprendo mucho escuchando a quien ya lleva muchos tiros en esta batalla.
Me resulta tremendamente interesante conocer el porqué de las cosas. Hoy escuchándole he comprendido lo importante de las emociones en el aprendizaje. Según él, la información para ser aprendida debe transformarse necesariamente en emociones, porque éstas son los archivadores perfectos para ordenar lo vivido. Prometía tiempo para reir y sufrir en la conquista de una habilidad profesional y personal que es el aprendizaje autónomo, porque esas extremas emociones almacenarán correctamente lo aprendido. En cambio, sobre esos dias que pasan "sin pena ni gloria" hacía un claro menosprecio, porque no servirían para aprender aquello que se necesitará en el futuro. Decía que estos días nunca guardarán nada en el cuerpo de conocimientos de nadie y que nunca nos harán recordar y por lo tanto, serán días desperdiciados. Recordar es una palabra latina que significa "volver a pasar por el corazón", y eso són los recuerdos, cosas que pasaron que traemos al presente para hacernos sentir una emoción, ya vivida, nuevamente.
Por todo lo anterior, señala que es importante que nuestros días tengan emociones, porque los recuerdos siempre las buscan y sirven para ordenar cada cosa en su lugar y saber qué nuevas cosas aprender, porque su recuerdo, al final, será útil y constructivo. El proceso psicológico del aprendicaje necesita del recurso didáctico de la emoción.
Bueno, este dia me tenía guardada esta lección. Espero poder aprenderla. Alguien me regaló una idea y casi inadvertidamente me sugirió no dejar empatizar con el mundo. Abstenganse recelosos y cobardes del valor de aprender, concluía parafraseando a su instructor.
Saludos. Felices emociones y en su defecto... que al menos sean intensas.

1 comentario:

no todo es blanco y negro es gris dijo...

yo no uniria necesariamente aprendizaje con emoción, si no con motivación. Lo diferencio mas bien, por que la evolución como persona viene tanto en lo intelectual como lo emocional, siendo estos independientes entre si, y como el lado intelectual se desarrolla conociendo las necesidades basicas de aprendizaje de cada uno; si haces de tus hobbys, tus entretenimientos, tus aficiones, tu trabajo, no te costara un esfuerzo dedicarle horas y horas al aprendizaje bien sea sábado noche o lunes por la mañana.
Una sincera opinion.
Saludosº