viernes, 29 de agosto de 2008

Un sonido



Dicen que es una variación de la presión atmosférica que se transmite en forma de ondas. La naturaleza tiene sus propios sonidos y generalmente agradables. Ayer al volver de un plácido paseo el viento arrastraba muchas hojas de árboles cercanos. Todos los sonidos de la ciudad cesaron y apuesto a que muchas de las personas que allí nos encontrábamos quedamos sordas de cualquier otro sonido. Era uno sonido agradable, un tintineo seguido de un susurro ululado suave. Quedamos como hipnotizados, por unos segundos suspensos en el tiempo. El viento, en forma de brisa, no temido parecía una dulce caricia para los sentidos. Estos son los regalos que la naturaleza ofrece a los oidos, podemos ignorarlos o vivirlos para no sé qué propósito, pero hay veces en que son tan intensos que toda una multitud calla para caer en el deleite de lo efímero, casual, e hipnótico del mundo en el que vivimos.

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