domingo, 26 de octubre de 2008

Divagaciones



Últimamente lees el periódico y te caes de espaldas (con suerte), porque si no te caes y quedas consciente, una especie de inquietud se te instala por momentos y piensas "¡Caray qué jodido está todo". Ayer en la radio oí (programa de Montserrat Domínguez) que los argentinos tienen una capacidad enorme de esperanza para llevar la crisis mundial, que tienen un innato optimismo y fuerza de creer en su propio poder se resistencia. Desde la lejanía, meramente física, empezamos a comprender mínimamente cómo han debido de pasarlo y ahí siguen en la lucha diaria de mantener su confianza en sí mismos. Dicen que tanto crisis financiera como crisis económica es una cuestión de eso, de confianza (en el mercado, en el gobierno, en el pueblo, en las empresas... uff... vaya usted a saber en qué más!!!). Vivimos un momento en el que todo se reinventa, menos la pobreza. Cerramos los ojos a realidades que ahora ya no aparecen por televisión, ni en la prensa escrita, ahora están en el rellano de casa, si no en las propias casas. Vemos en televisión el premio Principe de Asturias de la Cooperación, y un señor (el médico español Pedro Alonso) nos dice que, contra la malaria, el contribuyente con sus impuestos tiene una responsabilidad esencial. Y yo, en mi ignorancia e ingenuidad, me niego a dejar de creer que en este mundo de locos, disparatado y en vertiginosa transformación, lo único que riega nuesta esperanza es "la solidaridad" y la responsabilidad de compartir lo mínimo que poseamos.


2 comentarios:

Tatana dijo...

A los argentinos se nos enseña a decir despues de mama y papa q "Dios es Argentino", sabiendo eso, la esperanza es lo ultimo q se pierde ;)

besitos y buen domingo

mejor reir q llorar, no??

Anónimo dijo...

Tatana, mientras que vosotros sabeis dar de comer a vuestra esperanza cuando apenas os alcanza para el cuerpo, nosotros sólo nos entrenábamos con el "tamagochi" y olvidábamos de dónde venimos y a dónde vamos. Y la historia, cuando se olvida, se repite.

Sin lugar a dudas, mejor reir que llorar, por muchos motivos. Saludos pues, y pasen también un feliz domingo.