Gestión del tiempo

No, no voy a hablar del tiempo meteorológicamente hablando, ni siquiera estoy convencida de que lo que diga a continuación no sea una forma improductiva de perder el tiempo o un conjunto de nimiedades, que ni fu ni fa a éste o a aquél.
El caso es que pensando otra vez en el trabajo, me resulta complicado gestionar mi tiempo, gestionar esas entradas inoportunas e imprevisibles que me roban unos minutos preciosos a lo que ya he programado y en lo que trato de concentrarme.
Es cierto que cada día gestiono más asuntos, pero me desconcierta mucho que ciertos flujos de información escapen de mi control, supongo que debe ser normal y que soy yo quien debe superar esta dificultad.
Ayer bicheando por este espacio que brinda Internet, conseguí un enlace sobre esta cuestión y me resultó interesante. Hablaba de cómo debe ser nuestra actitud cuando recibimos información. Caí en un error que hasta ahora me pasaba desapercibido, y es que, si en pleno proceso de desarrollo de un proyecto, de pronto se recibe una llamada, lo correcto es centrarse única y exclusivamente en la información que nos proporciona en la llamada, olvidando de inmediato, para la correcta recogida de datos, el proyecto que desarrollaba anteriormente. Tomadas las notas sobre esa llamada, en la bandeja de entrada quedará ese asunto, esperando a que pueda asignarsele la prioridad necesaria, en comparación con el proyecto que antes realizaba o de la información que la secretaria me trae ahora, mediante un escrito (fax, e-mail o nota interna de empresa), información ésta última, cuyo primer tratamiento consiste en asignarle el lugar prioritario que también le corresponda junto a los dos asuntos que le precedieron.
Pues bien, recuerdo leer que cada asunto tiene un tiempo oportuno de respuesta. Ese tiempo es oportuno, no por que sea el tiempo ideal para poder despacharlo y asunto terminado, sino el tiempo necesario para gestionar una respuesta válida, que a su vez encaje en el proceso de gestión global de nuestro puesto.
Con el tiempo, la experiencia y el aprender por ensayo y error, he ido adquiriendo cierta perspectiva al respecto de cada asunto. Lo que ocurre es que a veces, desconcierta entre compañeros/as y usuarios/as la decisión que al respecto se ha tomado. Un aséptico "Bien, gracias" suele ser mi respuesta ante cada bloque de información que recibo, porque por experiencia lo que de viva voz podría resolverse en un minuto, a la larga pueden generar otros problemas que me roben más tiempo, que el necesario para pensar durante unos minutos cuál es la respuesta más lógica.
Este pensar y repensar es el come-come que trato de diseccionar para encontrar el mejor sistema de gestión de mi bandeja de entrada. Mi trabajo como el de muchísima gente no depende de la cantidad de asuntos resultos sino de la calidad en la resolución, y me trae por la calle de la amargura meter en agenda los imprevistos, dado que lo previsto está casi anualmente programado con precisión casi diaria y ya no me preocupa tanto.
Como una mala Sherlock estoy tratando de encontrar los ladrones de mi tiempo, y según vaya poniéndolos en arresto, daré seguro con la certeza a la solución de mis errores y con la luz suficiente para seguir el camino correcto.

Si han sobrevivido a este ladrillo merecen mi amplia enhorabuena, sería un consuelo saber que en el mundo hay gente tan aburrida como yo... cosa que dudo bastante... digamos que si han llegado hasta aquí, sólo puedo presuponer que la curiosidad les hizo una trastada... ja, ja... Para aliviar el tema propongo esta canción, que ha sido la banda sonora a esta entrada... absténgase quien no quiera correr el riesgo de vagar de pensamiento en pensamiento y acabar como una misma...